Fundación Naturgy / Re-habilitación energética exprés para hogares vulnerables
205 6.4 Techos Este apartado se organiza en tres grupos: reducción de la transmisión térmica cuando existan falsos techos o cuando los techos sean elevados y se pueda incorporar falso techo, trasdosados directos, colocación de aislamiento sobre el forjado de bajo cubierta y pintura térmica por el exterior de la cubierta. A ello se le añade una solución activa que consiste en la colocación de un ventilador solar que, gracias, al movimiento del aire, reduciría la sensación térmica en verano. En cuanto a la primera, como se ha indicado, será de aplicación en aquellos casos en los que la vivienda disponga de falso techo, no siendo común éste excepto en las zonas húmedas (cocina y baños). Si se dispusiera de falso techo, se podría o desmontar y colocar un aislamiento fijado al forjado volviendo, posteriormente a instalar otro falso techo, o inyectar el aislante térmico por unas pequeñas perforaciones que deberían rematarse y obligarían a pintar la totalidad del techo. En el caso en el que no se disponga de falso techo y se disponga de suficiente altura en la vivienda, se podría instalar un aislamiento fijado mecánicamente y adherido al techo, cubriéndolo posteriormente o bien con una pintura, con un guarnecido y enlucido, con un trasdosado de cartón yeso o con un falso techo descolgado. En todos los casos, la limitación más importante es la altura de la vivienda, no obstante, estas soluciones se consideran interesantes en el caso de las viviendas de la última planta ya que las transferencias térmicas a través del forjado de cubierta o del tejado suelen ser elevadas. Adicionalmente, en el caso de disponer de forjado entre la vivienda de última planta y el tejado, esto es, de espacio bajo cubierta, se consideran también la colocación de aislantes térmicos sobre forjado, bien directamente o proyectados sobre el mismo. En ambos casos, se recomienda ir a espesores mayores de aislamiento por la fluencia que adquieran al cabo del tiempo. Este tipo de soluciones presentan múltiples ventajas sobre las anteriores ya que no se interviene en el interior de la vivienda, el coste de la solución es menor y se preserva la inercia térmica del forjado al interior de la vivienda eliminando los puentes térmicos generados por la tabiquería (comparándolo con una intervención desde el interior) así como el riesgo de condensaciones (aunque, en este caso, sería preciso realizar un estudio específico). Complementariamente a los anteriores, se incorpora el pintado del tejado con pintura térmica, solución que también se podría realizar sobre una terraza, cuyo principal inconveniente es la necesidad de solicitar permiso a la comunidad de propietarios. Este tipo de pinturas, como se ha indicado anteriormente, presenta una reflexión muy elevada en el visible e infrarrojo cercano limitando las transferencias térmicas a través de la cubierta y reduciendo, con ello, considerablemente las cargas térmicas en verano. Esta solución ha de ir complementada con el refuerzo del aislamiento térmico del forjado de la última planta para evitar el incremento de pérdidas sobre la vivienda contigua en condiciones de invierno.
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