Fundación Naturgy / V3.2 / Módulo profesional de Sostenibilidad aplicada al sistema productivo
66 I Más de 70 países, incluidos los grandes contaminadores, como China y EE. UU., y la Unión Europea, han establecido objetivos cero neto y representan alrededor del 76% de las emisiones globales. Por otro lado, un gran número de empresas, instituciones y ciudades de todo el mundo y en todos los sectores, han fijado también objetivos net zero en 2050 o incluso antes. La transición a un mundo con cero emisiones supone uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la humanidad. Lograrlo requiere de una transformación profunda de nuestro modelo de producción, de consumo y de hábitos como el transporte. En concreto, requiere de una transformación del sector energético, el cual constituye en torno a tres cuartos de las emisiones de gases de efecto invernadero de las últimas décadas (76% de emisiones de España en 2019 según el Inventario Nacional), y encierra la clave para evitar los peores efectos del cambio climático. La eficiencia energética y la sustitución de generadores de contaminación, como la producción de energía mediante el carbón, el petróleo o el gas, por fuentes de energía renovables, como la energía solar o eólica o los gases renovables, reducirían drásticamente las emisiones de carbono. Eficiencia energética como clave de cambio La eficiencia energética se puede definir como la disminución del consumo de energía primaria de un centro de consumo de energía, por la implementación de medidas de índole técnica o no técnica, manteniéndose en todo caso el cumplimiento de los objetivos previstos, y sin disminución de la calidad, productividad, seguridad f ísica de las personas y patrimonial de los bienes y sin producir mayor impacto ambiental que la situación primitiva. En definitiva, significa usar menos energía para realizar la misma tarea. La eficiencia energética supone un recurso clave en el desarrollo de una sociedad descarbonizada. Desde una perspectiva macroeconómica, la implementación de planes de eficiencia energética aporta beneficios tales como: • Reducción de la dependencia energética de otros países que disponen de fuentes energéticas primarias (petróleo, gas natural, carbón...). • Aumento del ahorro económico al reducir el consumo energético. • Disminución de la presión sobre los recursos naturales para conservarlos de manera estratégica. • Contribución a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Si bien las tecnologías de energía renovable también ayudan a lograr estos objetivos, mejorar la eficiencia energética es la forma más barata y, a menudo, la más inmediata de reducir los gases de efecto invernadero (GEI). En este sentido, el primer paso para la eficiencia y la optimización energética es consumir la estrictamente necesaria porque “la energía más sostenible es la energía no consumida”. Entre las diversas oportunidades de mejora de eficiencia podemos encontrar los sectores de: • Edificación. Los arquitectos deben optimizar la eficiencia del edificio e incorporar tecnologías de energía renovable, lo que conduciría a la creación de edificios de emisiones cero. También se pueden realizar cambios en los edificios existentes para reducir el uso de energía. Estos pueden incluir pequeños pasos, como la elección de bombillas LED y electrodomésticos de bajo consumo, o esfuerzos más grandes como la mejora del aislamiento y la climatización. • Generación de energía y distribución. El uso de sistemas combinados de calor y energía pueden recuperar el calor residual de las centrales eléctricas y usarlo para proporcionar calefacción, refrigeración y/o agua caliente 6 Aquella que puede integrar de forma eficiente el comportamiento y las acciones de todos los usuarios conectados a ella, de tal forma que se asegure un sistema energético sostenible y eficiente, con bajas pérdidas y altos niveles de calidad y seguridad de suministro.
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