Fundación Naturgy / V3.1 / Módulo profesional de Sostenibilidad aplicada al sistema productivo

146 I 2.7 Deforestación y cambios de usos del suelo Como anteriormente se ha comentado (ver apartado 2.6.1) todos los ecosistemas, proporcionan ciertos servicios ecosistémicos, tales como el aprovisionamiento de materias primas, la regulación del ciclo del agua, la absorción de CO 2 atmosférico, la riqueza de especies u opciones de ocio. En concreto, en el ámbito del servicio de regulación, la cubierta vegetal previene la erosión del suelo y garantiza su fertilidad mediante procesos biológicos naturales como la fijación del nitrógeno. La erosión del suelo es un factor clave en el proceso de degradación de la tierra, pérdida de fertilidad del suelo y desertificación, y contribuye a reducir la productividad de la pesca en los cursos inferiores de los ríos. Algunos estudios han demostrado que cuanto más se parece un sistema agrícola a un bosque natural en su estructura de cubierta, espaciado de árboles y cubierta vegetal, menos posibilidades hay de erosión del suelo. Durante siglos, se han utilizado técnicas agroforestales tradicionales, que proporcionan cubierta natural, para producir alimentos sin causar daños a largo plazo al medioambiente. A nivel mundial, los bosques aportan además más del 10% del PIB en muchos de los países más pobres. A pesar de desempeñar un papel tan destacado en la economía mundial, el avance hacia la gestión forestal sostenible es aún limitado, y hay una constante pérdida y degradación de los bosques en numerosos países en desarrollo. Según la Sociedad Española de Ciencias Forestales, en España los bosques absorben el 24% de las emisiones totales del país. 2.7.1 Deforestación y desertificación La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define la deforestación como la conversión de los bosques a otro tipo de uso de la tierra (independientemente de si es inducido por humanos o no). La “variación neta de la superficie forestal” es la suma de todas las pérdidas de bosques (deforestación) y todas las ganancias de bosques (expansión de bosques) en un período determinado. La variación neta, por lo tanto, puede ser positiva o negativa, dependiendo de si las ganancias exceden a las pérdidas, o viceversa”. Se estima que se han perdido 420 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo debido a la deforestación desde 1990, pero el ritmo de pérdida de los bosques ha disminuido considerablemente. La desertificación tiende a avanzar por una colección de motivos: falta de lluvia, incendios, sobre explotaciones agrarias e hídricas (WWF calcula en medio millón los pozos ilegales), urbanización salvaje, etc. Unos motivos estrechamente ligados con el cambio climático, causado por la emisión de GEI de la actividad humana. 2.7.2 Radiografía mundial Según el informe Evaluación de los recursos forestales mundiales (FAO, 2020), el área total de bosques en el mundo es de 4.060 millones de hectáreas (ha), que corresponde al 31% de la superficie total de la tierra. Esta área es equivalente a 0,52 ha por persona, aunque los bosques no están distribuidos de manera equitativa por población mundial o situación geográfica. Las zonas tropicales poseen la mayor proporción de los bosques del mundo (45%), el resto está localizado en las regiones boreales, templadas y subtropicales. Más de la mitad (54%) de los bosques del mundo está situada en solo cinco países: la Federación de Rusia, Brasil, Canadá, los Estados Unidos de América y China El mundo ha perdido 178 millones de hectáreas de bosque desde 1990, que es una superficie aproximada a la dimensión de Libia (3,4 veces mayor que el territorio de toda España con 505.990 km 2 ). El ritmo de pérdida neta de bosques disminuyó notablemente durante el período 1990-2020 debido a una reducción de la deforestación en algunos países, además de un aumento de la superficie forestal en otros a través de la reforestación y la expansión natural de los bosques.

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