Fundación Naturgy / V3.1 / Módulo profesional de Sostenibilidad aplicada al sistema productivo
114 I Inspiramos alrededor de 2.800 veces por día y en cada inspiración, además de oxígeno y nitrógeno gaseosos, nuestros pulmones pueden inhalar otras sustancias y partículas contaminantes. El primer afectado es el sistema respiratorio y, principalmente, los pulmones, pues por ellos entra el aire al organismo, pero en algunos casos puede verse afectado también el sistema cardiovascular, como ocurre con la inhalación de las partículas de menor tamaño. La contaminación afecta especialmente a los niños, a las personas ancianas y a quienes ya sufren una enfermedad respiratoria previa, como los asmáticos. Asimismo, las personas con buena salud o que realizan ejercicio f ísico al aire libre también son vulnerables a los efectos adversos de la contaminación del aire, particularmente mientras haya concentraciones elevadas de ozono a nivel del suelo. Directrices de la OMS sobre los contaminantes del aire La OMS publica periódicamente nuevas directrices para mejorar la calidad del aire y proteger la salud mundial. Estas guías son una herramienta para orientar la legislación y las políticas con el fin de reducir los niveles de contaminantes en el aire. La Organización Mundial de la Salud (OMS), WHO; por sus siglas en inglés, ha publicado una nueva guía de directrices mundiales sobre la calidad del aire WHO Global Air Quality Guidelines, aportando pruebas claras del daño que la contaminación del aire inflige a la salud humana en concentraciones aún más bajas de lo que se suponía hasta ahora. Las directrices recomiendan nuevos niveles de calidad del aire para proteger la salud de las poblaciones mediante la reducción de los niveles de los principales contaminantes del aire. En este informe se describe como las partículas en suspensión, PM por sus siglas en inglés (Particulate Matter), en entornos urbanos y no urbanos son una mezcla compleja con componentes con características químicas y f ísicas diversas. Esta heterogeneidad se debe a que, desde el estado inicial de su formación primaria o secundaria, luego siguen sufriendo una trasformación química y f ísica en la atmósfera. Las partículas en suspensión (PM) son generadas principalmente por la combustión de combustibles en diferentes sectores, como el transporte, la energía, los hogares, la industria y la agricultura. La clasificación de estas partículas se realiza generalmente por sus propiedades aerodinámicas, ya que éstas determinan los procesos de transporte, eliminación en el aire, los lugares de deposición y las vías de eliminación en el tracto respiratorio. El diámetro aerodinámico se utiliza como indicador resumido del tamaño de las partículas. Según la última guía de la OMS, los riesgos para la salud asociados a las partículas en suspensión de diámetro igual o inferior a 10 y 2,5 micras (µm) (PM 10 y PM 2,5 respectivamente) son de especial relevancia para la salud pública. Tanto las PM 2,5 como las PM 10 son capaces de penetrar profundamente en los pulmones, pero las PM 2,5 pueden incluso entrar en el torrente sanguíneo, lo que afecta principalmente al sistema cardiovascular y respiratorio, así como a otros órganos.
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