Fundación Naturgy / V3.1 / Módulo profesional de Sostenibilidad aplicada al sistema productivo

I 111 Vol. 3.1 Módulo profesional de Sostenibilidad aplicada al sistema productivo la degeneración de los tejidos de las hojas – llamadas necrosis o clorosis–, produciendo manchas localizadas que presentan tonos marrones rojizo-blanco o una coloración verde pálida-amarilla por un déficit de clorofila. Si la acción del contaminante es muy fuerte puede llegar a paralizar el crecimiento de la planta. • Dióxido de azufre (SO 2 ): este gas es uno de los más tóxicos para las especies vegetales y sus efectos se producen bien por la exposición a altas concentraciones durante periodos cortos o por la exposición a concentraciones relativamente bajas durante largos periodos. • Óxidos de nitrógeno: entre estos compuestos solo el NO 2 es tóxico para las plantas, a pequeñas concentraciones y largo tiempo de exposición. Las plantas afectadas muestran necrosis y clorosis de color negro o marrón rojizo en las hojas. En las zonas urbanas se ha observado que la combinación de NO 2 y SO 2 a bajas concentraciones también es capaz de producir alteraciones en la vegetación. • Smog fotoquímico: este fenómeno, anteriormente explicado, daña la vegetación, principalmente a causa del ozono y los peroxidoacetilnitratos (PAN). El ozono causa manchas blancas o punteados claros sobre el haz de las hojas, mientras que los PAN atacan a todas las hojas jóvenes produciendo lesiones graves con aspecto de tintura plateada o vidriosa en el envés. Asimismo, genera también impactos negativos en la salud de las personas. Sobre los materiales Los contaminantes atmosféricos causan la sedimentación de partículas sobre la superficie de los materiales (deteriorando su aspecto externo) o los atacan químicamente al reaccionar con ellos. El efecto más importante de los contaminantes atmosféricos sobre los materiales es la corrosión. Los óxidos de azufre (SO x ) causan daños a muchos tipos de materiales, directa o indirectamente: además de la humedad y la temperatura, un alto contenido de SO x en el aire acelera la corrosión de metales como el acero, zinc, acero galvanizado, compuestos de cobre, níquel y aluminio. Específicamente, se han observado correlaciones entre tasas de corrosión en metales y concentraciones de SO 2 en la atmósfera, con valores más altos en zonas industrializadas. Por otra parte, los compuestos de azufre pueden producir daños en otro tipo de materiales como pinturas plásticas, papel, fibras textiles y sobre los contactos eléctricos de los sistemas electrónicos, dando lugar a deficiencias en su funcionamiento. Los oxidantes fotoquímicos, como el ozono, afectan sobre todo a los cauchos y elastómeros, en los que causan un rápido envejecimiento y agrietamiento. Finalmente, los óxidos de nitrógeno decoloran y estropean las fibras textiles y los nitratos aumentan la corrosión de las aleaciones de cuproníquel. Cada vez se está prestando más atención a los efectos que la contaminación atmosférica produce sobre los materiales, tanto por sus repercusiones económicas como por los daños irreparables que causa sobre objetos y monumentos de alto valor histórico-artístico. Globales y sobre ecosistemas Además del efecto invernadero antes comentado, entre los principales efectos que puede producir la contaminación atmosférica a largo plazo sobre los distintos ecosistemas, el clima y la estratosfera podemos encontrar: • Disminución del espesor de la capa de ozono. Si bien el ozono es un contaminante en la troposfera (capa más baja de la atmósfera) es parte de la composición de la misma y actúa como protector de la radiación solar, actuando como filtro de los rayos solares ultravioletas. Una disminución significativa de esta capa protectora tendría efectos perjudiciales para la salud humana como el aumento de casos de cáncer de piel, cataratas o incluso al sistema inmunológico, y para toda la biosfera, afectando a organismos como ciertos tipos de plancton vegetal o diversos animales especialmente sensibles a la radiación ultravioleta en algunas etapas de su ciclo vital. La destrucción de la capa de ozono sucede cuando el balance natural de producción y destrucción de ozono estratosférico se desequilibra a favor de la destrucción. Las sustancias que agotan la capa de ozono (SAO) son sustancias químicas que tienen el potencial de reaccionar con las moléculas de ozono de la estratosfera. Entre las principales SAO se encuentran: clorofluorocarbonos (CFC); hidroclorofluorocarbonos (HCFC); halones, hidrobromofluorocarbonos (HBFC),

RkJQdWJsaXNoZXIy OTM0Nw==