Fundación Naturgy / La Contribución del sector energético español a los objetivos sociales europeos

16 Tres características de alto valor añadido 1. Vinculación con el territorio Las compañías energéticas han sido históricamente de las más comprometidas con el entorno social donde operan. Su dispersión a lo largo de la geografía española y la ubicación de sus instalaciones, normalmente en el entorno rural, hacen que su vinculación con el territorio sea muy significativa. Adicionalmente, las compañías del sector trabajan de la mano con el sector público, al tener competencias vinculadas. Estas relaciones han derivado en la obtención de un conocimiento más extenso del territorio, un profundo entendimiento de las necesidades sociales y, por tanto, en oportunidades de colaboración. 2. Naturaleza de alto impacto La naturaleza de las actividades del sector le posicionan en un lugar privilegiado para dar respuesta a estas necesidades. Por un lado, el sector energético es una de las piezas clave dentro del engranaje económico, al depender de él y de los bienes y servicios que comercializa el resto de los sectores 15 . Su transversalidad lo convierte en esencial para el desarrollo de todos los sectores, siendo considerado imprescindible para el cumplimiento de los ODS, y catalizador de las medidas de sostenibilidad tomadas por los diferentes sectores económicos. Por otro lado, su potencial para generar riqueza es muy alto. Según datos del INE, en 2019, el PIB del sector se sitúa en torno 2,8% del PIB nacional 6 , aportando de forma directa 34.561* millones 7 de euros a la economía de nuestro país. Esto es de gran relevancia a la hora de planificar la contribución social, ya que le permite ser un actor relevante con gran capacidad de impacto. Asimismo, el sector energético dispone de recursos técnicos y humanos diversos. De esta forma, tiene un elevado nivel de conocimiento técnico, capacidad de influencia y colaboración, presencia en una amplia cadena de valor, elevada dispersión geográfica (tanto en el territorio español como a nivel internacional), lo cual supone una importante palanca para la reactivación económica y contribución social. 3. Acreditada experiencia El sector viene trabajando en estos aspectos desde hace años y tiene una amplia experiencia en el desarrollo de iniciativas de contribución social. Las compañías energéticas han sido unas de las primeras en implantar y desarrollar políticas de Responsabilidad Social Corporativa o Sostenibilidad, tratando de ejecutar su negocio de forma responsable con el entorno ambiental y social, además de desarrollar iniciativas propias y alianzas con otras organizaciones para poder contribuir en mayor medida al desarrollo social y ayudar a alcanzar los objetivos sociales de las comunidades donde operan. En este sentido, para canalizar su capital financiero e incrementar su eficiencia e impacto, algunas de las empresas del sector cuentan con fundaciones propias, así como múltiples colaboraciones con organizaciones del tercer sector. En España se han contabilizado más de 10 fundaciones específicas en el sector. Compañías como Naturgy, Repsol, Iberdrola, Endesa, Cepsa, Disa, Redexis, Greenalia, etc. cuentan con este tipo de instrumentos. Su fuerte vinculación con el territorio, la naturaleza de su propia actividad y su acreditada experiencia en estas iniciativas hacen del sector energético un actor clave del cambio social. (*) Para los cálculos de aportación al PIB se ha considerado como parte del sector energético las ramas de actividad B “Industrias extractivas”, C19 “Coquería y refino de petróleo” y D “Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado”. Para el cálculo se emplea el dato de 2018 para la rama C19 por indisponibilidad del dato de 2019.

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