Fundación Naturgy / Empleos que demandará el sector energético

22 Empleos que demandará el sector energético: nuevas oportunidades sostenibles intermitente, la no total predictibilidad y la dificultad para el almacenamiento de la energía. En este sentido, la flexibilidad del sistema, entendida como la capacidad de adaptación frente a condiciones dinámicas y cambiantes y cuya finalidad es mantener en todo momento el equilibrio entre la electricidad producida y consumida constituye, sin duda, uno de los principales retos de futuro en la gestión del sistema eléctrico. Para ello será vital que se avance de forma acompasada en la configuración de un mercado energético europeo plenamente integrado, interconectado, flexible y digitalizado que permita minimizar situaciones que cada vez pueden ser más habituales ante una mayor participación de energías renovables en el mix energético. En este sentido, la actualización de las redes eléctricas actuales, el despliegue de tecnologías de almacenamiento de energía, las interconexiones, así como los mecanismos de gestión de la demanda que incentivan al consumidor a modificar sus patrones de consumo pueden contribuir a mitigar las particularidades que se derivan de la variabilidad de la generación renovable (IRENA, 2018). Asimismo, el hidrógeno se presenta como el aliado idóneo de las energías renovables, ya que permite almacenar excedentes de energía limpia en forma gaseosa a gran escala. Otra revolución energética paralela es la descentralización de las fuentes de energía. En las últimas décadas se ha producido un cambio en el esquema de generación, pasando de la producción casi exclusiva en grandes centrales a la incorporación de nuevos agentes que generan energía de forma descentralizada y destinada a su venta y al autoconsumo. De este modo, la irrupción de las energías renovables y la incorporación de la figura de prosumidor –productor y consumidor de energía a la vez– generan un cambio substancial en la gestión y operación del sistema eléctrico, dando lugar a la aparición de flujos de energía bidireccionales. Se estima que para alcanzar los objetivos en materia de clima y energía para 2030 y lograr la neutralidad climática concebida para 2050, será necesaria una inversión adicional de aproximadamente 260.000 millones de euros anuales.