Fundación Naturgy / Empleos que demandará el sector energético

199 abandonar la idea que la educación debe centrarse únicamente en la transmisión de conocimiento y apostar por proporcionar herramientas para que los estudiantes construyan su propio aprendizaje. 3. Fomentar las habilidades blandas, un aspecto clave en las profesiones del futuro Ante un futuro digitalizado y robotizado, las empresas innovadoras valoran cada vez más las habilidades blandas de los trabajadores en los procesos de selección de personal, hasta el punto de que estas pueden llegar a ser tan o más apreciadas que las habilidades técnicas acreditadas mediante la expedición de un certificado académico. En la era de la información, los robots, la automatización y la inteligencia artificial, el ser humano cuenta con la inteligencia emocional como ventaja competitiva. Sin embargo, existe un olvido generalizado de la dimensión emocional en la enseñanza. De este modo, se hace necesario impulsar las habilidades blandas, alcanzando un mayor peso en los currículos de las instituciones educativas. Es importante que todas las personas desarrollen habilidades más allá de los conocimientos académicos y técnicos, ya que la desconexión actual entre las habilidades enseñadas en los centros educativos y las requeridas por las empresas afecta a los niveles de empleabilidad. En este sentido, desde edades tempranas los centros educativos deben fomentar el aprendizaje de habilidades como la colaboración, el trabajo en equipo, la capacidad resolutiva, la inteligencia emocional, la creatividad, la capacidad emprendedora e innovadora, la empatía, la capacidad de adaptación, la automotivación personal, la perseverancia, el respeto, etc. 4. Avanzar en el desaf ío de la educación STEM El éxito en la configuración del nuevo sistema energético no sólo dependerá de la cooperación entre gobiernos, centros educativos y empresas, sino que también va a recaer en los actuales y futuros jóvenes con competencias STEM. Estos representan una de las piezas esenciales de la transformación que demanda el sector. Sin embargo, la reciente caída en el número de graduados en ingenierías puede suponer una falta de talento en un el sector en los próximos años. A pesar de ser áreas que ofrecen más posibilidades de empleo, no se consigue atraer a nuevos estudiantes. Abordar este posible cuello de botella requiere tanto la identificación y diseminación de los múltiples beneficios que proporciona estudiar una carrera STEM entre estudiantes, familias y sociedad en general, así como un mayor refuerzo de las competencias digitales desde la escuela hasta la universidad. Es decir, enseñar el idioma del siglo XXI, el digital. A tal efecto es necesario incluir formación tecnológica y herramientas digitales desde edades tempranas y que docentes se

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