Fundación Naturgy / Empleos que demandará el sector energético

170 Empleos que demandará el sector energético: nuevas oportunidades sostenibles no solo en términos medioambientales, sino también de crecimiento económico. Ahora bien, todo proceso transformador conlleva a su vez unos riesgos. Que el nuevo modelo energético pueda ser considerado como inclusivo dependerá en buena medida de su capacidad para integrar de forma exitosa a personas cuyo futuro profesional se ve comprometido por la automatización de los procesos productivos y la falta de las competencias genéricas o específicas necesarias para adaptarse de forma exitosa al nuevo mercado laboral. En el subapartado 5.2.1 se revisa el perfil de los trabajadores del sector energético más vulnerables. En el apartado 5.2.2, se analiza la situación de personas que, a pesar de no trabajar en el sector energético, ven minoradas sus posibilidades de incorporación al mercado laboral como consecuencia de las innovaciones y cambios asociados a la implementación de la Agenda Verde 2050. 5.2.1 Transición energética y vulnerabilidad en el sector energético Las transformaciones del sector energético pueden comprometer el futuro laboral de algunas personas ocupadas en dicho sector. La Revolución Industrial 4.0 y la adaptación a la Agenda Verde 2050 implican la desaparición de puestos de trabajo propios del paradigma energético anterior, cambios en las características de otros puestos y el desplazamiento territorial de puestos de trabajo. Así pues, la capacidad de ampliación y renovación de las competencias y la movilidad geográfica son dos de los principios de actuación que pueden suavizar el impacto de dichos colectivos. Entre estos colectivos vulnerables se identifican: los trabajadores con bajos niveles formativos y de competencias; trabajadores de tecnologías obsoletas dentro de la Agenda Verde 2050 –por ejemplo, centrales térmicas de carbón o petróleo–; y trabajadores de la industria energética, afectados por la deslocalización de procesos, con limitaciones para la movilidad geográfica. La industria energética se encuentra en una posición favorable para facilitar el acomodo de sus trabajadores vulnerables. En este sentido, un primer punto positivo es el elevado nivel formativo y de competencias de la mayor parte de sus plantillas. Naturalmente, depende tanto de la empresa en cuestión, como de la fase del negocio energético a la que se dedique pero, en comparación con otros sectores, las empresas energéticas disponen de plantillas con mayores niveles formativos. Éstas tienen una mayor capacidad para adquirir nuevas competencias y participan de forma más habitual en actividades de educación continua que los trabajadores con menores niveles formativos. Sí cabe señalar en este

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