El empleo de las mujeres en la transición energética justa en España / Vol.2

20 En España, en los sectores de energías renovables, Garí et al. (2011) muestran una notable diferencia de participación entre hombres y mujeres, representando estas últimas el 26,6% de la mano de obra en el sector de energías renovables en el año 2010. Esta cifra puede compararse con las del sector energético que se obtiene del Observatorio sobre el papel de la mujer en las empresas del sector energético, que lleva a cabo la Asociación Española de Mujeres de la Energía (AEMENER), cuyo objetivo es impulsar la presencia femenina en todos los ámbitos del sector energético, fomentar su promoción y desarrollo profesional. En su informe de 2022 se recoge la evolución del grado de feminización de las plantillas del sector energético en España que ha pasado del 23,8% en 2010 al 29,4% en 2020. Y se apunta también que la presencia femenina en las empresas de energías renovables es mayor que en el sector energético total, resultado que está en línea con la mayor sensibilidad que, según la literatura, las mujeres tienen hacia el cambio climático y la transición energética. Analizando el empleo por departamentos o áreas de trabajo, Garí et al. (2011) constatan la tradicional división laboral por sexos. En 2010, casi el 64% de las mujeres trabajaban en puestos de administración. Otras áreas como “Promoción/Marketing/Ventas” y, en menor medida, desarrollo de proyectos e “Investigación, desarrollo e innovación” muestran porcentajes relativamente bajos (alrededor del 30%). Las áreas directamente relacionadas con la producción industrial y la instalación muestran porcentajes más bajos de mujeres (15-16%). El informe de AEMENER, para el total del sector energético, para el mismo año, muestra que 1 de cada 4 puestos operarios está ocupado por una mujer, al igual que en puestos técnicos y de administración. Aunque los datos no son favorables al género, la evolución histórica parece que va en línea con una mayor inclusión. Ouziaux et al. (2021) señalaron que se registró un ligero progreso en el sector energético entre 2008 y 2019 en la Unión Europea (UE), donde la proporción de mujeres aumentó del 20% al 23%, o como se recoge en AEMENER (2022) para España, del 23,8% en 2010, al 29,4% en 2020. Además, se observan diferencias entre los subsectores de la energía, con una participación femenina más baja en sectores tradicionales (como el carbón), con el 11%, mientras que el sector de la electricidad y el gas registró una participación del 25% en 2019. En este contexto, es necesario evaluar cuáles son los obstáculos que encuentran las mujeres en el acceso al empleo, entre los que se pueden encontrar normas sociales y culturales, falta de programas y políticas sensibles a las cuestiones de género en las empresas que faciliten la entrada (IRENA, 2019). El informe sobre las mujeres, el género y la transición energética en la UE (Clancy y Feenstra, 2019) menciona que las mujeres carecen de tiempo para buscar empleo, y esto se debe a las desigualdades entre hombres y mujeres a la hora de asumir las tareas domésticas y otras responsabilidades de cuidado del hogar. Por otra parte, Turnbull (2013) sugiere que los puestos de trabajo en los sectores de la energía y afines no fueron diseñados originalmente para las mujeres, por lo que es menos probable que las personas responsables de su contratación (mayoritariamente hombres) consideren a éstas como candidatas adecuadas. La falta de información sobre las oportunidades de empleo también puede actuar como una barrera para el acceso de las mujeres al sector energético. Aunque las empresas energéticas anuncian los puestos de trabajo a través de foros formales y organizados, estos canales suelen complementarse con redes personales y, dado que la mayoría de la mano de obra es masculina, los hombres tienen acceso a redes personales mucho más amplias, siendo una ventaja comparativa para ellos (IRENA, 2019). La falta de igualdad de género ya es reconocida por algunas industrias relacionadas con la energía como una limitación competitiva y se están moviendo para abordar este desequilibrio (Czako, 2020). En la revisión de literatura realizada por Jonhnson et al. (2020b) señalan que en algunos estudios se demuestra que las empresas energéticas con mayor igualdad de género experimentan un mejor rendimiento empresarial al mismo tiempo que se produce un mayor empoderamiento de las mujeres.

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