El empleo de las mujeres en la transición energética justa en España / Vol.1

82 La participación de la mujer en el sector energético Maria Teresa Costa-Campi Catedrática Emérita de Economía y directora de la Cátedra de Sostenibilidad Energética de la Universidad de Barcelona Voces expertas Introducción En las últimas décadas el sector energético en su conjunto se ha visto inmerso en un proceso de transformación sin precedentes con el objetivo de fortalecer los esfuerzos de descarbonización de las economías. De hecho, los disruptivos avances tecnológicos, organizativos y regulatorios ya están configurando el sistema energético del futuro –descarbonizado, descentralizado, digitalizado y democratizado– en consonancia con el ODS 7 “Energía asequible y no contaminante” y los objetivos de energía y clima propuestos por la Unión Europea (Comisión Europea, 2019). En todo caso, alcanzar una transición energética exitosa en el horizonte 2050 implica disponer de una masa crítica laboral suficiente con las competencias y habilidades adecuadas para operar con tecnologías cada vez más digitalizadas y sostenibles. En caso contrario, una escasez de capital humano podría generar significativos cuellos de botellas al sector y, por consiguiente, retardar la transición energética. De modo que es clave que en el mercado laboral energético se reduzcan los posibles desajustes entre las nuevas necesidades del sistema productivo y la dotación educativa y competencial de la población activa. De acuerdo con la International Energy Agency (IEA), la industria de la energía empleó a alrededor de 65 millones de personas en todo el mundo en 2019 y se estima que la transición energética dé como resultado un empleo total en el sector energético de 90 millones de puestos de trabajo para 2030 (IEA, 2022a; IRENA, 2019). En realidad, la transición energética ya muestra cambios significativos en el empleo, y es que más del 50% del capital humano en el sector está empleada en las energías limpias. Si bien es importante cuantificar el número de empleos que se crearán en el sector en las próximas décadas, resulta esencial ir un paso más allá y examinar cuáles serán las nuevas profesiones y qué formación, competencias y habilidades serán claves para los empleos del futuro en el sector. Independientemente de los impactos positivos en términos cuantitativos, también se ha evidenciado que las empresas energéticas requieren trabajadores con una cualificación muy elevada y nuevas habilidades (Foro Económico Mundial 2020; IEA, 2022b). La literatura empírica ha demostrado que los empleos verdes utilizan habilidades cognitivas e interpersonales de alto nivel de manera más intensiva en comparación con los trabajos no verdes. Además, el contenido laboral de los empleos verdes es, en promedio, menos rutinario que el de los empleos no verdes (Consoli et al., 2016; Burger et al., 2019).

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