El empleo de las mujeres en la transición energética justa en España / Vol.1
El empleo de las mujeres en la transición energética justa en España. 129 Aunque desde el acompañamiento laboral que realizan las fundaciones se insiste en que pueden trabajar en el sector como operarias, superar los sesgos es complicado: las gestoras de las empresas reconocieron que, si bien las mujeres salen de los programas capacitadas por completo, tienen muchas dudas sobre si las contratarán, confirmando la operatividad de los prejuicios de género en la contratación a mujeres operarias. Mientras se dice que quieren encontrar trabajadores, independientemente de su género, en la práctica se ofrecen perfiles comerciales o administrativos a las mujeres y se contrata a hombres para instalar placas, de manera que la segregación horizontal y vertical operan conjuntamente. En las entrevistas se afirma que en realidad las empresas no están interesadas porque la igualdad no les compensa “si tiene 10 tíos, para qué se va a arriesgar”; o bien, no ponen en valor a las mujeres que están capacitadas “no se les dan la opción de demostrarlo” , e, incluso, alguna cree que en ciertas empresas pensaban que las mujeres podían hacer menos cosas que los hombres: “A los hombres se les contrata creyendo que pueden hacer muchas cosas, pero a las mujeres se nos contrata para algo específico” . e) Entornos masculinizados El hecho de que el entorno de trabajo esté masculinizado es también reconocido como un inconveniente, ya que las mujeres saben que para que se considere que están al mismo nivel que los hombres en el desempeño del trabajo tienen que esforzarse más, y muchas sabiendo eso, no están dispuestas a incorporarse al sector. Esto se traduce incluso en la propia formación: una de las alumnas que compartía clases con otras dos, reconoció que, de ser la única mujer, hubiera dejado el curso inmediatamente. Y esta masculinización implica, además, la carencia de referentes, como señalan las gestoras de programas, lo que significa que no se difunden historias de mujeres que han encontrado trabajo como operarias porque las pocas que hay son invisibilizadas, por lo que sus experiencias no pueden servir de guía a las demás, que tienen dudas sobre si el sector fotovoltaico es un espacio donde las mujeres tienen cabida. f ) Apoyo del círculo cercano a las participantes y entornos masculinizados Un último aspecto que cabe destacar de las entrevistas y que las participantes han subrayado es que contar con el apoyo familiar o del entorno juega un papel fundamental para que ellas empiecen y terminen formaciones que las habiliten para trabajar en profesiones masculinizadas. Por ejemplo, si la familia es tradicional y asume los roles de género, se produce un rechazo a este tipo de sectores y negará el apoyo a la mujer que quiera introducirse en él -apoyándola en la conciliación y a superar sus dudas-, mientras que hay otras familias que, por el contrario, apoyan a las mujeres y facilitan su inmersión en el sector. En este sentido varias de las participantes manifestaron que el apoyo de su entorno familiar a la hora de poder realizar la acción formativa, fue fundamental para su conclusión.
RkJQdWJsaXNoZXIy OTM0Nw==